El pasado jueves 4 de julio se publicó en el diario ABC un artículo titulado “Los peligros de que la ciencia se convierta en cortesana del poder”, en el que se indicaba que: i) la presidenta de la ANIH se había presentado a una “plaza” de asesora de la ONAC, y ii) que la presidenta de la ANIH (se cita textualmente): “sí percibe que las condiciones económicas en este tipo de organismos (por la ONAC) suelen ser mucho más atractivas que las de los investigadores hospitalarios. En este país hay investigadores de primera y de segunda”.
Quiero desde aquí matizar que no me he presentado a una “plaza” de asesora de la ONAC, únicamente se ha rellenado un formulario de expresión de interés para ser asesor externo, como posible actividad puntual, con el objetivo de saber en qué condiciones y para qué sería dicha asesoría, y en todo caso para valorar que si participara fuese en calidad de presidenta de la ANIH y en la línea de actividades previas que ya ha realizado la asociación a través de la oficina C.
En segundo lugar, dejar claro que desde ABC se nos contactó para comentar nuestra opinión sobre la creación de la ONAC al hilo de un tweet que publicamos el 20 de junio, en relación al anuncio que hizo Pedro Sánchez en el acto de presentación de dicha oficina, de que se revisarían los criterios para la valoración de la carrera profesional de los investigadores para fomentar las actividades de transferencia del conocimiento científico:
Hoy estamos en la presentación de la Oficina Nacional de Asesoramiento Científico (ONAC)
-Publicada convocatoria plazas de asesoramiento científico
-Cambios en quinquenios y sexenios para fomentar actividades transferencia
⚠️¡Los investigadores del SNS aún sin esos complementos! pic.twitter.com/tdcY00g5XD— Asociación Nacional Investigadores Hospitalarios (@ANIH_1) June 20, 2024
En dicho tweet la ANIH recordaba que el gobierno no debía olvidar que hay personal de investigación sin carrera científica ninguna, ni complementos asociados, como es el caso de los investigadores hospitalarios contratados como personal laboral de las Fundaciones e Institutos de Investigación Biomédica. Por lo que, en la conversación telefónica con la periodista de ABC, se indicó que, aunque esa iniciativa del gobierno (mejorar la consideración de las actividades de transferencia) nos parecía positiva, hay investigadores de segunda clase a los que no se les reconoce la carrera profesional ni por actividades de transferencia, ni por ningún otro mérito. Así, la comparación con “otros investigadores”, no era específicamente con los que trabajen para la ONAC, si no en general respecto a los investigadores de cualquier otro ámbito que sí tienen carrera profesional reconocida.
Si bien agradezco que estas matizaciones han quedado reflejadas en una rectificación publicada ya en la versión digital del artículo, sirva la presente carta para aclarar por mi parte el sentido original de mis palabras.
Madrid, a 11 de julio de 2024
María Morán Bermejo
Presidenta de la ANIH
presidencia@anih-es.org
