Todavía estamos inmersos en plena pandemia de COVID-19, pero ya podemos ver que, como ha ocurrido antes en numerosas ocasiones, no estamos preparados para futuras pandemias. Por eso la Comisión Europea ha publicado dentro del programa de trabajo para el área de Salud de Horizon Europe 2021-2022 la convocatoria Building a European partnership for pandemic preparedness (HORIZON-HLTH-2021-DISEASE-04-06). Se trata de una CSA (Coordination and support action), una convocatoria para actividades de cooperación y coordinación. Simplificando mucho el abigarrado lenguaje de la Comisión Europea, lo que se pretende es crear una estrategia conjunta de preparación para futuras pandemias y definir las líneas principales de investigación que deberían abordarse a medio y largo plazo. La financiación prevista son dos millones de euros, que puede parecer mucho, pero teniendo en cuenta la diversidad de sistemas sanitarios y escenarios políticos que hay en Europa, no es una tarea fácil.
Desde el punto de vista estrictamente técnico (de un biólogo e investigador hospitalario) no parece muy complicado decidir cuáles son las necesidades que hay que cubrir:
- Estudiar la Biología del viroma global con una perspectiva OneHealth. Es decir, estudiar el conjunto de virus (patógenos o no) que circulan en la población humana, en las poblaciones de animales domésticos, y en los ecosistemas salvajes. Esto implica detectar, identificar, secuenciar, cultivar, cuantificar, pero también recoger y organizar toda la información clínica, epidemiológica y ecológica asociada a las muestras.
- Desarrollar sistemas de diagnóstico que puedan cubrir diversas necesidades (rapidez, cantidad, fiabilidad). Probablemente el diagnóstico ha sido el área que mejor y más rápido ha reaccionado a la pandemia de COVID-19, pero aún así hay muchos huecos por cubrir, desde la estandarización de estrategias diagnósticas a la divulgación para el público general. Durante el último año se ha malgastado mucho dinero en pruebas innecesarias o incluso contraproducentes. En algunos casos por desinformación, en otros por la falta de acuerdo entre expertos de diferentes áreas o por la politización de decisiones que deben ser técnicas.
- Desarrollar paneles de moléculas candidatas a convertirse en fármacos antivirales dirigidos contra las diferentes familias de virus, con actividades y toxicidades bien caracterizadas in vitro. Parte de este desarrollo debe incluir investigar en detalle qué tipos de moléculas funcionan mejor para cada grupo de virus. Durante la actual pandemia se ha demostrado que se pueden hacer ensayos clínicos de calidad rápidos y seguros, pero se necesitan candidatos sólidos. (Y no hay que olvidar que no sólo los virus producen epidemias y el desarrollo de antimicrobianos y antiparasitarios también necesita un impulso.)
- A estas alturas no parece necesario justificar la necesidad de promover la investigación en vacunas y respuesta inmune: sistemas de expresión, vectores, dosificaciones.
- Ni de promover la divulgación científica y la educación para combatir la desinformación, la confusión y la manipulación.
- Y, por supuesto, sería más que deseable crear una red coordinada de laboratorios de bioseguridad (BSL3 y BSL4) y evitar una proliferación descontrolada de instalaciones caras y complejas.
Todo esto -y muchas otras ideas que se les ocurrirán a investigadores y gestores de otras áreas- es necesario porque, sin ninguna duda, habrá más epidemias y, si estamos preparados, podríamos evitar que se conviertan en pandemias.
NOTA: A lo largo del texto se incluyen entradas relacionadas con diversos aspectos mencionados y publicadas en el blog Microbichitos, del que el autor es colaborador. Por supuesto, existen otros blogs en los que también se ha tratado la pandemia con diferentes enfoques y dirigidos a diferentes públicos, por ejemplo microBIO, Virus emergentes y cambio global o Curiosidades de la Microbiología, entre otros.
Artículo realizado por: Jesús Mingorance, Hospital Universitario La Paz, IdiPAZ